La Fraternidad Mariana de la Reconciliación pide perdón por abusos y encubrimientos denunciados por una exmiembro y reafirma su compromiso con la verdad, la justicia y la reparación.

En los últimos días hemos recibido cuestionamientos de personas cercanas a la
Fraternidad a raíz de haberse hecho público el comentario de una ex-miembro de nuestra
comunidad en la plataforma change.org, en el que expresa que fue “obligada por las
autoridades de la FMR a permanecer callada por décadas” sobre los abusos sexuales que
sufrió por parte de un entonces miembro del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV).

En primer lugar, queremos pedirle perdón y expresar que nos apena mucho su dolor y el
de todas las víctimas que han sufrido abusos de autoridad, manipulación de conciencia o
cualquier otro tipo de abuso al interior de nuestras comunidades y de las diversas
organizaciones asociadas al SCV a las cuales estuvimos institucionalmente vinculadas
hasta el 2022. Nos solidarizamos con el dolor y la indignación que estas situaciones de
abuso han producido y pedimos perdón por todo el daño que se causó al interior de
nuestras comunidades como fruto de la cultura institucional malsana que durante años
vivimos.

En segundo lugar, queremos aclarar que el testimonio sobre el abuso de autoridad y
encubrimiento por parte de las autoridades de la Fraternidad sufrido por esta ex-miembro
era desconocido por el gobierno actual de la Fraternidad hasta el momento de su
publicación en la mencionada plataforma. Luego de algunas consultas iniciales, se ha
podido esclarecer que en el año 2011 ella volvió a hablar con las autoridades de ese
entonces, y la denuncia fue entregada al Arzobispado de Lima. El abuso de autoridad en
cuestión se refiere a años precedentes al 2011 y será investigado debidamente.
Nos hemos puesto en contacto con esta ex-miembro para recibir su testimonio y
procesarlo por los canales adecuados según nuestro protocolo de ambientes seguros. Nos
comprometemos a respetar los resultados de dicho proceso y a poner en marcha los
mecanismos de reparación y sanción que fueran necesarios.

Queremos además hacer de conocimiento público las siguientes medidas institucionales
que hemos tomado en los últimos años, y que lamentamos no haber dado a conocer antes;
lo hacemos ahora con el deseo y compromiso de asumir nuestra responsabilidad en lo
sucedido y ofrecer algún alivio al dolor de quienes han sufrido:

● Después de muchos años en un camino de renovación, y tras haber culminado una
visita canónica apoyada por el Arzobispo de Lima, en julio del 2022, la Fraternidad
aprobó nuevas Constituciones, y entre otras decisiones, se desvinculó
institucionalmente del Sodalicio de Vida Cristiana. Los detalles sobre este proceso, que
inició en el año 2013, pueden encontrarse en la sección “Nuestra historia” de nuestra
página web institucional.
● Desde febrero del presente año la Fraternidad cuenta con un canal de denuncias
gestionado por expertos externos (ver página 17 del protocolo de ambientes seguros)
que puede ser contactado en [email protected]. Cualquier persona que
necesite reportar a alguna fraterna por una situación actual o histórica, sea la persona
afectada o un tercero, puede contactar este canal con la garantía de que la información
que ofrezca será manejada con estricta confidencialidad y profesionalismo, y que se
darán los pasos para investigar, actuar y buscar reparar según el proceso detallado en
el protocolo. Si alguna persona lo prefiere, puede hacer su denuncia directamente en la
iglesia local o en el fuero civil.

Esperamos que esta información, aunque tardía – y por ello pedimos perdón por lo que
puede haber causado a quienes la necesitaban – pueda ser de ayuda para aquellas
personas que hayan experimentado cualquier tipo de abuso o encubrimiento por parte de
alguno de los miembros de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación.
La Fraternidad desea esforzarse cada día por ser fiel al Evangelio, está comprometida de
manera concreta y decidida a dar los pasos necesarios para la reparación y sanación
personal de quienes han sido afectados por nuestra dolorosa historia y desea seguir
trabajando, alentada por nuestro Pastor, el arzobispo de Lima, por una seria renovación de
la comunidad.

Confiamos el dolor de las víctimas y nuestra historia a las manos amorosas del Señor y,
reiterando nuestra compasión, reafirmamos nuestro compromiso con la verdad, la justicia
y la reparación y con el debido cuidado para que estas situaciones no se repitan.

Luciane V. Urban
Superiora General
[email protected]

Lima, 3 de octubre de 2024.

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