El 1º de abril de 2025, Mons. Jordi Bertomeu Farnós, Comisario Apostólico para la Liquidación de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación (FMR), ha intimado el decreto de supresión de esta Sociedad de Vida Apostólica de derecho diocesano a la Superiora General FMR, Luciane Vieira Urban, acompañada de la Ecónoma General FMR, Florencia Silva Cabrera.
Dicho decreto fue firmado el 14 de enero de 2025 por Sor Simona Brambilla, Prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y aprobado en forma específica el mismo día por el Papa Francisco.
La supresión de la Fraternidad, junto con los otros tres institutos fundados por el laico Luis Fernando Figari Rodrigo, está motivada en el decreto en la falta de carisma de origen divino en el Fundador así como en los abusos y el comportamiento impropio y abusivo de Figari y de muchos de sus colaboradores. Aunque cada uno de estos institutos ha vivido un recorrido propio y ello ha sido tenido en cuenta en el acto de su supresión, la misma Fraternidad, en proceso de renovación desde el 2011, reconoce que no fue ajena a formas abusivas psicológicas y de conciencia en su seno.
En un comunicado anterior, del 4 de febrero de 2025, las Fraternas ya expresaron “su compasión y solidaridad con el dolor de todas las personas que han sido afectadas a lo largo de los años por el sistema sectario y las prácticas abusivas que fueron reproducidas al interior de nuestra comunidad; ofrecemos nuestra disposición de cooperar con el proceso de reparación y justicia para todas las víctimas, según nos sea indicado, y nos comprometemos a recordar a todas y cada una en nuestras oraciones cotidianas”.
Las Fraternas, no obstante el dolor que les causa la decisión de la supresión, la han acogido con docilidad y obediencia filial, además de manifestar su disponibilidad y colaboración en todo el proceso de supresión y liquidación de bienes.
En los dos encuentros mantenidos en Lima en febrero de 2025, Mons. Bertomeu ha asegurado que dicha supresión no impide a las consagradas que pertenecieron a la Fraternidad Mariana de la Reconciliación que en adelante puedan seguir su vida de entrega al Señor en las diferentes modalidades previstas por el derecho canónico, ya sea a título personal ya sea asociadas.
Por otra parte, en una carta dirigida a todas y cada una de las ex Fraternas, les ha dicho que la Iglesia valora infinitamente la consagración de cada una de vosotras y desea custodiarla de la mejor manera posible.
Además, les ha recordado que la Santa Sede, a través de mi servicio que está íntimamente ligado a vuestra acogida del mismo, está dispuesta a ayudaros y acompañaros para comenzar en cada una de vosotras una nueva experiencia que recoja todo lo bueno que ha habido en estos años, purificando y modificando lo que sea necesario.
En dicha carta también se informa que ha nombrado a Luciane Urban como su Delegada Asistente en los acompañamientos personales a las hermanas, y a Florencia Silva como Delegada Asistente para los asuntos administrativos y para la transición de los proyectos, mientras ellas dos estén dispuestas a hacerlo. Por tal motivo, les ha manifestado su agradecimiento y ha pedido a las ex Fraternas que las tengan presentes en sus oraciones.
Finalmente, Mons. Bertomeu ha expresado que os ofrezco mis oraciones, para que el Señor os ilumine y fortalezca en el camino que emprendáis, y os pido que recéis por mí, para que pueda desempeñar esta encomienda con caridad y justicia.