
Los miembros de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación confirmamos, como se ha hecho público en los últimos días, que hemos sido recientemente informadas que el Papa Francisco ha decidido suprimir nuestra comunidad, junto con las demás instituciones iniciadas por el Sr. Luis Fernando Figari, por considerar que estas carecen de carisma.
Las fraternas queremos expresar que, aunque con dolor, acogemos de corazón esta decisión del Santo Padre, en espíritu de total docilidad y obediencia filial. Declaramos nuestra plena acogida y disposición de colaborar con el comisario nombrado para tal fin, Monseñor Jordi Bertomeu Farnós, y nos desligamos enteramente de cualquier expresión pública de oposición al Santo Padre, su decisión o sus delegados. También entendemos que, aunque ya nos habíamos desvinculado institucionalmente de la Familia Sodálite en julio de 2022, esta decisión del Santo Padre ratifica jurídicamente nuestra separación definitiva de todas sus instituciones.
Además queremos afirmar nuestra compasión y solidaridad con el dolor de todas las personas que han sido afectadas a lo largo de los años por el sistema sectario y las prácticas abusivas que fueron reproducidas al interior de nuestra comunidad; ofrecemos nuestra disposición de cooperar con el proceso de reparación y justicia para todas las víctimas, según lo que nos sea indicado, y nos comprometemos a recordar a todas y cada una en nuestras oraciones cotidianas.
Agradecemos a Dios, nuestro Padre, por habernos llamado a seguirlo y por habernos permitido servir en los distintos lugares y de modos diversos a lo largo de los años. A nuestros familiares, amigos y a tantas personas con las que compartimos la misión, queremos expresar que hemos sido profundamente enriquecidas por su testimonio de fe, de servicio, de fidelidad a la Iglesia y les agradecemos por las constantes muestras de cariño, solidaridad y oraciones con las que nos acompañan siempre. A pesar del dolor que hoy sentimos, confiamos en el Señor y en la Santa Madre Iglesia, quienes sabrán encontrar espacios para custodiar la vocación de cada una de nosotras.